jueves, 15 de noviembre de 2012

“Siempre hay caminos”


La historia está basada en un triángulo amoroso formado por un aventurero celendino llamado Calendario, su conviviente conflictiva Micaela y una desconocida que llega un día y se queda en la casa, sin revelar su origen solo dice llamarse Eulalia Díaz. Domi, es una niña de 5 años, hija de Micaela, quiere entrañablemente a Candelario porque él juega y es tierno con ella. La niña es maltratada por la madre, en medio de problemas mayores, un par de ojos confundidos y atemorizados. Calendario, es un trotamundos característico de los naturales de la región de Celendén.  Es un narrador de miles de fantásticas aventuras que no se sabe si inventa o recuerda. Candelario y Eulalia eran amantes. Eulalia era una persona misteriosa e hierática. Finalmente la desconocida huye de la casona de la loma y Candelario siente la atracción de una nueva vida junto a ella, toma si caballo y sale a buscarla. El celendino y la misteriosa mujer terminan siendo un símbolo de los andariegos montañeses y de la libertad del sentimiento. Candelario llega a un punto de la serranía en donde se enfrenta con tres caminos. No hay rastros de la desconocida; entonces descubre que ya lo importante no es hallar a la mujer, sino aprovechar el incentivo de su presencia para dejar una vida vulgar. Es así como Candelario escoge uno de los tres caminos y respira el aire de los que anhelan una vida nueva.


-A mi parecer es una historia bastante interesante, mas allá de que nos demuestra que el amor aparece en cualquier momento cuando menos lo esperas, también nos deja que ante todo problema tenemos una solución...






Agostina Alem

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